domingo, 13 de septiembre de 2009

La mujer Perfecta


“Salto eléctrico” Electrografía de Luis Makianich, 2009.
Safe Creative #0909134526717
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El profesor Roger Hertz dicta la Cátedra de Neurocibernética en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Su obsesión por el trabajo lo ha llevado a desconectarse del mundo exterior, limitando su vida de relación a lo estrictamente profesional. Conoció a su esposa Sandra en

la universidad y la convirtió en parte de su equipo de investigación, con lo que su círculo social se redujo aún más, circunscribiéndose exclusivamente al ámbito académico. Ambos están alojados en un dúplex en una de las nuevas torres de la ciudad por lo que el contacto con sus vecinos es prácticamente nulo. La fascinación de Roger por el comportamiento del cerebro humano motivó el desarrollo de varios trabajos en los que descubrió como relacionar las mediciones de información neuronal con los patrones de comportamiento del individuo; pero lo que más atrae la atención de Roger, la tarea que lo ha mantenido ocupado en los últimos tiempos, es desenmarañar los factores que ocultan el misterio más importante de la humanidad…el cerebro de la mujer.
Otro día en su rutinaria vida, y Roger mira a su esposa por sobre las páginas del diario matutino. Ella toma su desayuno como si fuera el último, vestida aún con un salto de cama que no disimula en nada su sobrepeso, detalle que la expresión de Roger no sabe ocultar; como tampoco puede verse la cordialidad en sus modales en respuesta a las habituales frases que le dirige ella, con la simple intención de compartir alguna insípida conversación durante el desayuno.
-“¿Hoy tienes clases en el MIT?”- pregunta ella mientras digiere parte de una tostada con un sorbo de té.
-“Por la mañana, pero no te olvides que en la tarde ambos tenemos que resolver lo del protocolo del laboratorio, para conseguir los fondos para el desarrollo”-responde con aire malhumorado.
-“Está bien, por lo visto a mi me toca todo lo aburrido…”-contesta Sandra.
Roger hace una sutil mueca de desprecio y se sumerge en las páginas del periódico con el obvio objetivo de desestimar la discusión que su mujer le propone; voltea la página sin leer una sola letra como reafirmando que se terminó la charla y se concentra en la fotografía de una joven atleta olímpica que lo atrae por su esbelta figura. Su esposa se levanta de la mesa con los trastos del desayuno y se dispone a lavarlos mientras él la espía por sobre el periódico no pudiendo evitar hacer una comparación con la fotografía de la joven. El se queda pensativo en esa posición por unos instantes hasta que Sandra le hace un guiño al ver que la estaba observando, lo que provoca que Roger estire el diario abruptamente, aunque luego recapacita y baja levemente una esquina del papel para hacer una rápida mueca parecida a una sonrisa. ¿Cómo es posible que en tan poco tiempo la mujer que yo adoraba cuando me casé haya cambiado tanto? –se pregunta Roger volviendo a mirarla, ahora de espaldas y corroborando con la fotografía del diario. Esta pregunta siguió rebotando en su cabeza durante todo el día, incluso ahora, que se encuentra dando una clase para sus alumnos en la universidad, flota en su mente como si fuera uno de los temas a tratar en su disertación. Se aproxima al pizarrón y escribe:-“Los mecanismos neurales y neuronales en las funciones del cerebro”, para luego darse vuelta y decir a la clase:-“El análisis asistido por computador de la estructura neural y la transmisión de señales, son los métodos empleados para desentrañar los principios del diseño biológico… ¿Alguna pregunta?” Una estudiante en el centro de la sala levanta su mano y Roger la autoriza con un movimiento de cabeza a preguntar, cuando ella deja sus libros sobre su pupitre y se pone de pie, acomodándose la falda resaltando su bien formada figura:
-“¿Cuándo usted dice <>, se refiere a que se puede diseñar un organismo como un ser humano mediante la cibernética?”

El profesor Hertz se toma unos segundos para responder mientras camina por la tarima mirando a la hermosa joven y a su esposa, que está sentada en las primeras filas de asientos, dirigiendo la vista en forma evidente hacia una y otra hasta que al fin contesta:-“ Elvira, ¿no es así…? Y ahora dirigiéndose a toda la clase: -“Ya sabemos que la cibernética humanista busca lograr el equilibrio del ser humano reprogramando acondicionamientos adquiridos durante la infancia a través de la psicosíntesis o balance de los dos cerebros, (me refiero a la teoría del premio nobel en medicina Dr. Roger Sperry), logrando el balance de las identidades física, mental, psicológica y espiritual, (tal como fueron definidas por Aristóteles en el siglo III a.C.)…” Un largo silencio se escucha en la sala y alguno que otro suspiro le hacen saber que el auditorio espera por alguna aclaración, por lo que Roger toma aire y continúa:-“Me da la sensación que aquí nadie leyó la bibliografía programada para hoy, así que me temo que tendré que ser más específico…” (Dirigiendo la vista hacia el centro de la sala, donde se halla aquella joven); entretanto, Sandra se percata de ello y se da vuelta para mirar de frente a la estudiante, que se siente acosada por sus dos profesores al mismo tiempo. El se da cuenta de esto, por lo que decide continuar su alocución minimizando el hecho.
-“Ustedes saben que en nuestro laboratorio hemos estado haciendo mediciones neuronales en algunos estudiantes que se han prestado a ello durante el transcurso de este semestre, con la finalidad de especificar qué áreas del cerebro se relacionan con nuestro desarrollo físico, para así poder determinar si nuestro cuerpo está siendo moldeado por nuestra mente, así como nuestra cara tiene los vestigios de la vida que estuvimos llevando, por nuestros gestos que se van acostumbrando a ella después de numerosas veces que utilizamos los músculos faciales…” el profesor Hertz hace un recorrido visual por toda la sala para captar la atención del alumnado y luego continúa:-“Bien, me gustaría suponer, que con la recopilación de todo ese material, tendríamos las herramientas para poder moldear a una persona físicamente injertándole bancos de memoria en las áreas apropiadas conforme nuestra experiencia lo indique; del mismo modo funcionaría suprimiendo los recuerdos perniciosos para nuestro organismo…” Se siente un murmullo en la sala que es interrumpido con el timbre que señala el final de la lección del día. El profesor se despide del alumnado dando algunas indicaciones para la próxima clase y los alumnos empiezan a evacuar la sala, salvo Elvira que se acerca a él sosteniendo sus libros contra su pecho y con una ingenua voz le dice:
-“Profesor…Yo no tuve oportunidad de colaborar con el programa de <> y me gustaría participar, si aún estoy a tiempo”. Al escuchar esto, su esposa Sandra, que se encontraba recogiendo algunos cables de los equipos de proyección deja todo en una silla y se acerca a su marido rápidamente para escuchar su respuesta.

-“Estaremos encantados, señorita… (Contesta Roger galantemente) nos vendría bien contar con la memoria de una joven con un cuerpo tan cultivado como el suyo en el programa”- mientras mira a Sandra y a Elvira alternativamente un par de veces haciendo alusión a las diferencias físicas entre ambas a lo que su mujer le contesta visiblemente ofuscada:
-“¡Déjate de babeos, viejo verde…! Y vamos que ya es tarde y tenemos la reunión de protocolo en el laboratorio”. Roger esboza una sonrisa para sugerir que acepta la broma y luego dice:
-“Se me ocurre algo interesante… ¿Por qué no vienes a la reunión con nosotros y hacemos ya mismo la descarga de tus bancos de memoria y de paso hacemos una demostración para los delegados del protocolo…? Además, sería una excelente forma de persuadirlos de que aporten los fondos al instituto para la investigación… ¡Una belleza joven siempre es una buena herramienta para convencer a estos carcamanes!”
Tras la expresión de disgusto de Sandra y la entusiasta aceptación de la joven Elvira, los tres se dirigen al cuarto piso donde se encuentra el laboratorio, donde Roger empieza a preparar a su estudiante solicitándole que se dirija a los vestidores y se coloque un ajustado traje de látex, que contiene una serie de circuitos impresos recorriendo todo su cuerpo, conectándose con las principales terminales nerviosas, incluso sobre su cara. Mientras el profesor recibe a los invitados, su esposa acompaña de la mano a la hermosa Elvira hasta el equipo cibernético sin dejar de mirar con evidentes celos su voluptuoso cuerpo ahora bañado de circuitos impresos en goma. El profesor Hertz se dispone a explicar el procedimiento a la comisión evaluadora mientras Sandra toma posesión de la consola de comandos y Elvira, con su exótico traje se pasea por el equipo que consta de un par de cintas deslizantes, un disco y una esfera giratorias, así también como una cama elástica, para que pueda desplazarse y hacer toda una gama de movimientos físicos durante la lectura de memoria.
-“Como podrán ver… (Empieza a decir Roger) El traje que luce nuestra joven voluntaria, nos va a proveer la información que transmiten sus terminales nerviosas al cerebro, mediante un circuito inalámbrico a nuestra consola de grabación”. Luego hace una pausa para ver la expresión de los invitados, aunque sus sonrisas idiotizadas solo le demuestran que están hipnotizados por la belleza del cuerpo de Elvira, así que continúa explicando:-“Habrán notado que no hemos dispuesto contactos en su cabeza, salvo por los de la cara, debido a que las lecturas no se dirigen a su cerebro, sino a nuestras computadoras, que cumplen la función de masa encefálica virtual. Cada señal se acumula en una celda determinada por la ubicación que le corresponde según el mapeo previo que realizamos en las últimas lecturas y así podemos contar con áreas de estímulo para futuras intervenciones.”
-“¿A qué se refiere con futuras intervenciones?”, pregunta uno de los invitados.
-“Permítanme explicarles mientras realizamos el procedimiento”-dice Roger. Sandra enciende las máquinas y el traje de Elvira empieza a graficar sus circuitos con rayos lumínicos que recorren todo su cuerpo, mientras esta desarrolla actividades acrobáticas entre las distintas plataformas. –“Cada movimiento de su cuerpo registra un impulso en un determinado banco de nuestras computadoras, quedando almacenado para futuras operaciones el efecto que produce en su cuerpo. Un cerebro normal recuerda estos impulsos y los aplica al modelado del físico a través del tiempo, produciendo una enzima que lo materializa en desarrollo muscular, posición corporal, acumulación de grasas, etc. Con el desarrollo de nuestro programa, intentamos comprimir todo el ciclo guardando la esencia que produce la modificación del estado físico para en un futuro aplicarlo a personas con cierta deficiencia física, producto de no haber tenido una vida sana, no solo desde el punto de vista fisiológico, sino sicológico. Un ejemplo de esto es el stress, que deriva en una mal función física en las personas que lo padecen.” Sin dejar de observar a la hermosa joven haciendo sensuales movimientos, alguien del auditorio pregunta:
-“¿Podríamos decir entonces, que si se hiciera el proceso inverso de re-grabar el contenido de los impulsos de esta señorita en el cerebro de…digamos, mi esposa, ella se vería igual?” En este momento las sonrisas de todos los espectadores se iluminan como arbolitos de navidad, (aunque bien podría ser por el reflejo de las luces emanadas por el cuerpo de Elvira) y por alguna razón, la cara de Sandra también parece iluminarse.
-“En realidad, (dice Roger) aún no hemos avanzado a la fase dos de este experimento, porque todavía no hemos colectado una suficiente cantidad de lecturas neuronales, y ese es exactamente el papel que esperamos ustedes cumplan…y no me refiero a que aporten su memoria, sino mas bien su dinero (hace una pausa), porque se necesitan donantes a los que debe pagárseles como en un banco de esperma”.
-“¿Pero sería posible?”- insiste el invitado.
-“Solo hasta donde nuestra imaginación nos lo permita… (Dice el profesor y continúa) Este casco que mi esposa y socia tiene a su lado… (Sandra toma un casco con conexiones a la computadora y se lo coloca haciendo un gesto infantil y gracioso) Sería el encargado de transmitir esos impulsos almacenados a otra persona, aunque nuestra búsqueda estará basada en la curación de enfermedades tales como la obesidad, etc., es decir solo atenderemos cuestiones específicas, porque trasferir íntegramente los impulsos de todo el cuerpo a otro cerebro podría traer daños colaterales, como pérdida parcial de la memoria o incluso alucinaciones o recuerdos que jamás hayan sucedido”. Mientras Roger continúa con su alocución, Sandra se encuentra sentada frente al panel de control, aún con el casco puesto en su cabeza mirando los plásticos movimientos de Elvira iluminada, y un impulso irresistible la hace colocar sus dedos sobre el teclado de la computadora, y teclea:-“Transferencia total…enter”. La pantalla empieza a mostrar una barra en movimiento indicando el traspaso de archivos entre el disco y su cabeza, hasta que se puede ver un cartel que dice:-“Transferencia exitosa”. Un instante después, Sandra toma conciencia de lo que ha hecho y se quita el casco súbitamente, sintiendo un escalofrío que le recorre todo el cuerpo, hasta que se queda inmóvil en su sillón, sin pronunciar palabra alguna.
La reunión de protocolo terminó exitosa, y ahora Roger y su esposa se dirigen en su automóvil a casa, donde toman una copa de vino festejando la nueva asignación de fondos para su proyecto, pero ella no pronuncia ninguna palabra y su esposo, aún muy excitado por el increíble día le dice:-“¿Te pasa algo…? Casi no hablaste esta noche.
-“Estoy cansada, mejor me voy a acostar”-responde ella mientras deja la copa de vino casi sin terminar y se dirige al dormitorio. El toma el resto de la copa de ella y se queda sentado en un sillón del living a disfrutar de los recuerdos del día.
A la mañana siguiente Roger despierta solo en la cama y abre un ojo para buscar a su mujer que por el sonido del agua deduce que está en el baño, tomando una ducha. Se levanta y se dirige a orinar cuando puede ver a través de la mampara translucida la figura de una esbelta mujer que no parece ser la suya. Se refriega los ojos, y aún semidormido dice:-“¿Estás ahí…?”
La voz de su esposa se escucha desde el baño:-“Si…” Lo que él toma como una alucinación y baja hacia la cocina diciendo:-“Preparo el desayuno y salgo un rato a buscar el periódico”.
-“OK”-dice Sandra tomando una toalla y secando su nuevo escultural cuerpo mientras se observa en un espejo; luego va hacia el dormitorio y sobre la mesa de luz encuentra la billetera de Roger, revisa sus documentos hasta tomar conciencia de su nuevo estado y todavía algo confundida se dirige a la puerta del departamento para poner el cerrojo y conectar la alarma. Por su mente pasan algunos recuerdos confusos, sobre relaciones sexuales a escondidas con su profesor de la universidad, e incluso sobre su propia identidad. La situación es tan desconcertante que decide llamar a la administración del edificio. Toma el teléfono y mientras observa a Roger por el portero visor, le dice al oficial de seguridad en el auricular: -“Hola, soy Elvira… Vilches, del piso cuarenta y seis; quiero informar sobre un intruso merodeando en mi casa; se encuentra en la puerta de calle con una bata de cama y un periódico bajo el brazo…Por favor, desde ahora niéguenle la entrada al edificio, gracias”. Sandra deja caer la toalla y esboza una sonrisa mientras contempla su hermoso cuerpo, de reojo en el espejo.

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